Google
 

sábado, 21 de abril de 2007

historia de los palos de golf

Los primeros artesanos que fabricaban los palos de golf durante los siglos XVIII y XIX, eran un grupo realmente curioso de hombres que tuvieron un papel verdaderamente importante en la historia del golf. Los primeros palos los hacían carpinteros y torneros, curiosamente los mismos artesanos que se dedicaban a construir los arcos para los arqueros del rey.
Como en otras muchas profesiones, sus conocimientos se fueron transmitiendo de padres a hijos y durante generaciones estos fueron los encargados de construir y hacer estos primeros palos de golf. Una de las características principales de estos constructores de palos, es que muchos de ellos eran excelentes jugadores que utilizaban su hobbie como elemento de trabajo logrando unos palos excelentes que vendían y que ellos mismos utilizaban para poder jugar al golf. Así nombres destacados de la historia del golf como Willie Park, primer ganador del Open Británico, Willie Dunn Jr., primer ganador del Open de los Estados Unidos o Tom Morris el Viejo, fueron algunos de los más destacados artesanos especializados en palos de golf de su momento.
Los palos fabricados por estos hombres, eran aquellas maderas de larga cabeza que predominaron en el golf hasta la década de 1880. Antes de la industrialización, con la introducción de maquinaria, todas las partes de los palos de madera se hacían a mano. Así, para fabricar un playclub, el artesano debía tallar un bloque de madera dándole forma de cabeza con un casquillo donde insertar el mango. Para ello utilizaba un torno especial, adaptado al banco donde trabajaba y sostenido por una barra que se hallaba fijada al suelo para garantizar una total rigidez.
Muchas de las herramientas utilizadas eran las propias de un carpintero -sierra, martillo, destornillador, limas, cepillos, brocas. Además se empleaba un mechero bunsen para fundir y unir las piezas de plomo, con el que después se rellenaba una ranura practicada en la parte posterior del palo para poder darle un cierto contrapeso y fuerza a la cabeza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cosas curiosas cuentas, media vida jugando al golf y he leido y conocido algo nuevo leyendote